Ricardo Vivallo

La verdad no sé por dónde comenzar con esta reseña y eso que tiré bromas a modo de reseña con mis cercanos, pero la verdad prefiero decir algo mas coherente y no desagradable.

Este libro no me gustó en muchos sentidos, primero que todo encontré coraje con el intento de meterse en la piel de una persona deprimida con el cliché del sexo sin sentido y mantener una relación tóxica porque creo que solo esa idea se tiene de la persona deprimida farmacodepeniente. De la cocaína y el pseudo-alcocholismo no vale la pena escribir unas palabras. Ojalá me hubiesen dado 10 días de licencia por depresión y la receta de sertralina con clonazepan, creo que eso no es mas básico porque no conoce otro tipo de mundo. Encima me sorprende que una persona que esté tan en la mierda pueda tener lívido y vida sexual activa con tanto fármaco encima.

Lo otro que me cagó mucho fue el intento por mantener un lenguaje neutro que encima no pinta en el texto diminuto. En unas partes están ¨mear¨¨echar a reír¨(y creo) ¨weon¨ y después hablas de salchichas, policías, padre-madre (sin pronombre) o sea, cual línea se quiere seguir? Si se hubiese centrado todo a un lenguaje popular seguro hubiese sido mas amistoso de leer, pero esos textos sin sentido quedaban peor.

Por último como diario real o ficticio me parece una verborrea que al menos requería un trasfondo concreto o mínimo un formato diferente, porque como diario está terrible para contar la historia de la decadencia de un pobre weon que es miserable (PERO TIENE TRABAJO EN UNA OFICINA) y que termina todo entubado en una clínica tal cual como escena de teleserie.

En verdad, por mas que se intente, no siento representación o empatía con el personaje, carece de una emoción convincente y es totalmente vació en expresar su estado de vacíes??
Querido, no eres Edouard Levé… (plus d'informations)