Pedro Ceinos Arcones

Aunque el autor sea veterinario, dice ser sinólogo avezado, entendiendo también de la materia de indios americanos. Bien. Este libro es un repaso meramente descriptivo por la historia de China. No hay interpretaciones ni apenas más que algunos rasguños aquí y allá sobre la epidermis de los meros acontecimientos. Pero, teniendo en cuenta las dimensiones espaciales y temporales del sujeto del libro, y también que por estos lares es un sujeto casi totalmente desconocido, esto es no sólo suficiente, sino justo lo que me hacía falta. Porque si me hubiese encontrado con disquisiciones, discusiones o disparates, no me hubiese enterado y habría sido frustrante. Así, al menos, me suenan tres o cuatro dinastías, y tengo una cierta noción de cómo se ha ido formando la China de hoy, producto de la expansión, con largos períodos de contracción y sobre todo de fragmentación, desde la cuenca media y baja del río Amarillo. Conozco que hay diferencia entre los chinos del norte (los recién citados) y los del sur, alrededor del Yangtzé. Y he aprendido que, hasta bien entrado el siglo XIX, y por culpa de las trampas de los ingleses que introdujeron el opio para, literalmente, hacer de los chinos unos yonkis, hasta entonces China no había necesitado de nadie para sobrevivir e incluso vivir muy bien. Sus relaciones con los vecinos (tártaros, mongoles, coreanos, manchúes, tibetanos, birmanos, vietnamitas, incluso japoneses) son militares o comerciales, de conquista o de negocio, pero raramente de integración a no ser por la vía de la absorción, y siempre con una conciencia muy clara (excepto en el caso japonés, cuyas relaciones fueron relativamente escasas) de la superioridad cultural, militar y económica de China. Por eso ahora, empotrados de golpe y casi a la fuerza en un mundo al que han ignorado olímpicamente durante su pentamilenaria existencia, están confusos y un tanto rabiosos. Y nosotros.… (plus d'informations)