Francisco Algora (1948–2016)

Hacia el 2020, una gran guerra destruye el mundo tal como lo conocemos. O, mejor dicho, lo exacerba hasta quedar absolutamente dominado por los ricos y poderosos. Sólo un pequeño reducto de soñadores ha "quemado sus papeles" y sobrevive en los márgenes, pobres pero dignos. El protagonista de esta obra es uno de ellos y, en su basurero, se encuentra con el gran mandamás (el mandamás real, el que mueve los hilos, el gran mafioso), que, pese a su poder, está solo y va a suicidarse. El protagonista le hace cuestionarse su vida y el mandamás, paradójicamente, lo denuncia por "sin papeles" y le monta una parodia de juicio. El argumento es recurrente, y su tratamiento también. El autor parece más preocupado por lanzar proclamas (más que diálogos, lo que hay es una sucesión de pequeños monólogos, a modo de sermoncetes) que por establecer algún tipo de narración dramática. En las proclamas, se reconocen con demasiada obviedad las consignas de los "indignados" (algo muy actual, pero que no sé si se reconocerá dentro de unos años) y el sustrato religioso; no en vano, los dos actos de la obra se intitulan "Monte de los Olivos" y "Ante el Sanedrín". Por cierto, que ni el prologuista ni el epiloguista hacen alusión alguna a las referencias bíblicas, constantes y más que obvias a lo largo del texto. En fin, una pequeña obrilla de circunstancias, bastante bien intencionada, pero poco efectista salvo si ya estás previamente ideologizado. Que no es mi caso.… (plus d'informations)