Een verschrikkelijke vertaling. De vertaler weet niet wat Standaardnederlands is. Taal - en stijlfouten een vertaler onwaardig.

Veyne, oud-communist en historicus geeft een inzicht in hoe keizer Constantijn aan de basis lag van onze christelijke wereld. Hij probeert het hele gebeuren in verband te brengen met de huidige wereld, een tendens bij bepaalde historici om historisch onderzoek 'nut' te geven. De veelal met het marxisme gelegde vergelijkingen zijn met de haren getrokken en niet iets waar nu nog iemand van wakker ligt.

Dat Constantijn het christendom binnenhaalde en daardoor voorkwam dat het een sekte bleef zal wel een feit zijn. Dat hierbij niet zozeer het godsdienstige aspect een rol speelde is zeker ook een feit. ( )

This is a quirky look at whether the Emperor Constantine converted to Christianity as a shrewd political move or whether he was sincere. He comes down on the side of sincerity. Because of his discision(s), although sincere, other religious options were forever foreclosed to the West. The result was a complicated syncretism of paganism and Christianity ( a monistic polytheism ) defined and administered by the branch of the church he favored. ( )

En realidad, el emperador que se convirtió al cristianismo es una excusa para que el autor diserte sobre la Iglesia, la religión, Europa y demás. No sabe uno si quedarse con el intento de presentar a la Historia como maestra de la vida actual, o si decidir que me han engañado, que este no es un libro de historia sino otra cosa. En todo caso, parece que Veyne deja claras algunas cosas. Así, que la conversión de Constantino fue sincera; nada de cálculo político (el argumento del peso demográfico y político de los cristianos en ese momento es demoledor), sino, en el mejor de los casos, admiración por la organización de la Iglesia, pero sin que pueda afirmarse nada seguro. Segundo, que Constantino no persiguió a los paganos, aunque, desde luego, privilegió enormemente a su religión personal. Hacia el final del libro, Veyne empieza a sacar conclusiones para el momento actual, básicamente para decir que Europa no tiene raíces, ni cristianas ni de ningún otro tipo, sino que todo es un "continuum", en el que lo que se aporta de nuevo se subsume a su vez en el magma de lo anterior, y por eso muchos de los rasgos pretendidamente cristianos son en realidad de origen pagano, y muchos de los rasgos ilustrados son cristianos, y así. Pero la admiración del autor por la Iglesia, y la innegable curiosidad por el judeo-cristianismo, se hace evidente en cada página. Un tanto decepcionante, yo esperaba algo más de información. Qué le vamos a hacer. ( )