Creo que Márkaris ha encontrado ya su ritmo en esta tercera novela de la serie. Aquí son dos historias diferentes que, como era de esperar, se unen hacia el final. En una de ellas, la del barco secuestrado por un extraño grupo terrorista, Jaritos se encuentra personalmente implicado porque su hija y su novio viajan en ese barco. La otra parece un caso más (aunque simultáneo al otro, con lo que eso significa para el comisario) pero, como se trata de alguien que va asesinando a gente de la publicidad, amenaza con dejar sin publicidad a todo el país, lo que hará tambalear incluso al gobierno. Bueno, un poco exagerada quizá esta segunda trama, pero le sirve a Márkaris para despacharse contra los publicistas y dueños de cadenas de medios de comunicación. Hay una buena profundización en la relación del comisario con su hija y también algunas aclaraciones y blanqueos de su pasado. El del comisario, digo. Entretenida, como siempre, y a buen nivel. ( )

El barco en el que viaja Katerina, la hija del comisario Kostas Jaritos, ha sido secuestrado por un comando terrorista. Simultáneamente, Jaritos trabaja en el caso de un modelo publitario asesinado.

Der Traum von einer gerechteren Welt in seinem Namen wird Gutes getan, aber auch getötet und Gewalt ausgeübt. Dies bekommt Katerina zu spüren, als sie in die Hände von Terroristen fällt. Ihr Vater Kostas Charitos dreht fast durch. Er, der Kommissar, muss jetzt stillhalten, Geduld haben, Nerven beweisen.

Buena, a Jaritos se le recibe la hija, se va con el novio de viaje y secuestran el barco, unos de las milicias de derecha griegas que actuaron en Bosnia. Mientras tanto un loco empieza a matar gente vinculada a la publicidad. y Jaritos investiga como para olvidarse de la imposibilidad de hacer nada por la hija, como siempre aparecen los fantasmas de Markaris, la corrupción política la derecha griega que está agazapada, la pérdida de los ideales. Buena ( )

Ese caluroso mes de junio Kostas Jaritos de pronto recibe una terrible noticia: el barco en el que su hija Katerina viajaba a Creta, donde se disponía a disfrutar de unas breves vacaciones con su novio, acaba de ser asaltado por un comando terrorista. La vida de todos los viajeros corre peligro, pero los terroristas callan, ni siquiera han declarado de qué nacionalidad son, qué pretenden hacer con el barco ni qué condiciones piensan exigir a cambio de la vida de los pasajeros. ¿Son islamistas de Al-Qaeda, palestinos, chechenos? En estas, le ordenan investigar el asesinato de un modelo publicitario que trabaja haciendo anuncios para la televisión. El comisario tendrá que mantener toda su sangre fría para lidiar en ambos frentes: el del mundo de la publicidad y el del terrorismo internacional, mientras su vida familiar se ve dramáticamente afectada