Novela que se desarrolla en cuatro días de noviembre de 1936 durante los cuales se mezcla la vida personal y ficticia de parte de la gente que vivía en el edificio de Telefónica, en la Gran Vía madrileña, y en sus alrededores, con algún acontecimiento real, como la muerte de Durruti, o el ataque al Parque del Oeste, aunque en ambos casos, la autora modifica las fechas.
Basada en la historia de amor entre la propia autora, periodista austríaca socialista que llega a apoyar al gobierno de la República y a trabajar como censora, y su segundo marido, el escritor Arturo Barea, jefe de la censura en el Madrid sitiado de finales del 36, alrededor de la cual muchas otras pequeñas tramas se van desarrollando.
La historia tiene un tonillo didáctico con el que Ilsa Barea-Kulcsar intenta explicar la importancia que tenían los relatos de los corresponsales extranjeros en su descripción de la guerra civil, de hecho el tono de la censura y la relación con los periodistas cambia cuando ella asume esta responsabilidad. A destacar el compromiso de la protagonista para conciliar la comunicación política con la objetividad periodística.
También se explicitan las diferencias entre la mayoría de las mujeres españolas, convencionales y conservadoras, aún aquellas que de alguna manera estaban participando en las acciones del gobierno para gestionar la situación bélica, frente a una extranjera con estudios universitarios, experiencia laboral, con una vida independiente y emancipada.
Entre el resto de tramas no se ocultan las contradicciones, traiciones y el caos reinante en aquellos primeros meses de la guerra en los que no se podía saber que Madrid habría de aguantar el sitio tres años más.
El libro termina con una reflexión de la autora sobre la novela y el hecho real bélico, una pequeña biografía de la misma y unos pocos datos sobre la novela y su publicación. ( )