La lectura tradicional de El loco Estero, cumbre de la novelística de Alberto Blest Gana (1830-1920) y del realismo decimonónico, ha resaltado su perfecta trama picaresca y costumbrista. En este relato se sintetizan los temas que se repiten en la producción de este escritor-diplomático. Historias paralelas de un amor que se entiende menos como pasión y más como mecanismo de ascenso social. La intrahistoria de ritos perdidos se combina con la gran historia: el regreso victorioso de ejército chileno de la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. Pero El loco Estero, obra ya del siglo XX (1909), es también la novela que mejor explica la especificidad de Chile en la historia política latinoamericana del siglo XIX. La nación es la fusión de dos polos: el liberalismo comprometido y utópico, encarnado en un loco, y el conservadurismo pragmático, representado por Diego Portales, el político más influyente del siglo. Chile, identificado con el personaje de Carlos Díaz, un pícaro solo a medias, un héroe interesado, consciente del beneficio de sus buenas acciones, aparece como la suma de estas dos mitades, como el efecto de una astuta renuncia al idealismo político. --Page 4 of cover.