Una maravilla. Por casualidad he leido hace poco las "Rimas" de Bécquer y el parentesco se me ha hecho evidente: poemas breves, llenos de senbilidad, sobre todo hacia los gestos y los detalles pequeños pero sin caer nunca en la cursilería. Los mejores, además, exhiben una sonoridad digna heredera de los grandes poetas barrocos. Pero además, también apuntan al simbolismo, todavía sin rematar del todo, que imagino que el poeta desarrollará en obras posteriores, sobre todo cuando se decante por eso que se ha venido en llamar "poesía pura" y que hará su lectura más difícil. Ahora todavía no es así y uno puede disfrutar tranquilo, despacio. No todos son igual de buenos, claro, y hasta algún poema tiende a regular, pero si hay que destacar uno me ha gustado "Muro con rosa". ( )

Me tardé mucho en leerlo, en parte porque interrumpí muchas veces la lectura de este libro, y en parte porque estos poemas están hechos para irse leyendo a sorbos, como cualquier otra delicia.
Juan Ramón es uno de esos poetas que viven en mi corazón. Sus grafías, su estilo conmovedor, tan humano, tan sensible, tan triste siempre. Siempre logra conmoverme, hacerme pensar. Siempre logra algo en mí.
Estos sonetos son bellísimos, y algunos están dentro de mi lista de poemas favoritos (como "Retorno fugaz", "El corazón roto", "Rey de vanidades" y "Se entró mi corazón en esta nada", sólo por mencionar los que se me vienen a la mente).
Lectura recomendadísima a los que quieran textos breves, hermosos y que se puedan masticar por un buen rato. ( )