Se trata del estudio de lo que Franklin hizo y de su influencia en Europa durante su último viaje, en las fechas que señala. Pero no se detiene tanto en la narración de unos hechos, cuanto en el análisis de la influencia del personaje en el entorno prerrevolucionario en el que se movió. Franklin, según Pabón, consiguió conjugar la propaganda de una joven República, la suya, con la amistad de los nobles e incluso los reyes franceses e ingleses. Se acentúan sus grandes dotes sociales y diplomáticas. Además, el autor dedica un buen número de páginas al final a reflexionar sobre la metafísica de las revoluciones. Esto último es lo menos conseguido, aunque, para estar escrito en los años 50, hace gala de una gran libertad de pensamiento. De todos modos, el conjunto es bastante bueno, un ejemplo de historia que va más allá de la anécdota para presentarnos lo que de importancia histórica tiene un personaje. En ese sentido, creo que es magistral. De todos modos, hay que tener en cuenta que se trata de una parte para un estudio más amplio sobre las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Europa alrededor de la revolución francesa, estudio que, por lo que parece, no llegó a terminar. Seguramente ahí iban los datos específicos y otras cuestiones más generales. Pero ya digo que este libro, tal como está, es una buena muestra de buena historia. ( )